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Si por algo se caracteriza el mes de septiembre es por la llegada de la vendimia. Es momento de recolectar la uva, fruta de la vida, de ahí que el otoño sea la estación por excelencia para cocinar con uvas. No solo endulzaremos nuestros platos, sino que además nos beneficiaremos de todas las propiedades de las uvas.
Y decimos endulzar porque las uvas son de las frutas más dulces que hay, aunque, al mismo tiempo, tienen un alto contenido de agua (cerca del 80%) lo que las hace idóneas para tomarlas exprimidas. El zumo de uva ayuda a reforzar nuestro sistema inmunológico, así que es perfecto para esta época del año en la que nos bajan las defensas.
Precisamente puede ser un buen ingrediente a la hora de preparar salsas que acompañen tus platos de carne (como por ejemplo unas albóndigas) o de pescado (unos chipirones a la plancha, una lubina al horno…).
El arroz también es un alimento que casa a la perfección con esta fruta. En este caso puedes utilizar tanto el zumo de uva para su cocción como las enteras para decorar posteriormente el plato.
Como guarnición de carnes blancas o rojas, de pescados blancos o azules, o para añadirlas en una ensalada. Cocinadas en el horno, salteadas en la sartén o directamente así, frescas. La verdad es que las uvas aceptan casi cualquier formato.
Como guarnición de carnes blancas o rojas, de pescados blancos o azules, o para añadirlas en una ensalada. Cocinadas en el horno, salteadas en la sartén o directamente así, frescas. La verdad es que las uvas aceptan casi cualquier formato.
Son perfectas para dar un toque diferente a tus aperitivos: añádelas sobre unas tostadas de queso y nueces. Y si las uvas tienen un tamaño lo suficientemente grande, puedes utilizar el queso y las nueces como relleno de las uvas. ¡Mucho más original!
Lejos de lo que podemos pensar, las uvas no son solo para el postre, aunque también. Y como la uva no es precisamente la fruta que más presente esté en la repostería, la mejor forma de introducir las uvas en los postres es dándole una vuelta a tus recetas de siempre: prepara una compota de uva para decorar tu tarta de queso; sustituye las manzanas de tu tarta por uvas; y si te vuelve loco el helado casero, hazlo de uva, ¡no te arrepentirás!
Cómo hacer pasas
Las uvas también se pueden consumir deshidratas, las conocidas como pasas, y tenemos dos opciones: comprarlas en nuestro supermercado o tienda habitual o prepararlas nosotros mismos. El proceso de desecado de las uvas frescas, es decir, retirarles su alto contenido en agua, es algo que podemos hace en casa. Basta con colocarlas sobre una rejilla y dejarlas al sol unos días. Recuerda retirarlas por la noche si hace mucho frío y dejarlas en el interior de tu casa hasta el día siguiente. Pueden tardar en secarse entre 3 y 10 días, todo dependerá de la temperatura y la fuerza del solo a la que estén sometidas.
Esta es la forma natural de secado, pero también podemos exponerlas al calor artificial, es decir, utilizando el horno o el microondas como fuente de calor. De esta forma, el proceso será mucho más rápido y en unas horas tendrás las uvas pasas listas para consumir.
Las puedes añadir en un yogur, en una ensalada o en cualquiera de las recetas que comentábamos antes ya que las uvas pasas son muy bien recibidas por cualquier plato, al igual que lo son su versión en fresco o exprimida. ¡No dejes de incorporar las uvas en tu dieta!