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La temporada del espárrago transcurre entre los meses de abril y junio. Es la época en la que podemos consumir el espárrago fresco, bien verde o blanco. Pero afortunadamente el espárrago es un producto que podemos servir en la mesa durante todo el año, sin que este pierda sus propiedades o vea menguada su calidad. En ékolo lo sabemos muy bien y, por eso, durante el verano trabajamos a fondo para que tengas espárragos en conserva todo el año. Pero no cualquier espárrago, ¡sino los mejores!
Y es que los espárragos, con su fama de alimento diurético por excelencia, aportan muchas otras propiedades y beneficios para nuestra salud. Por no hablar de lo versátiles que son en la cocina. Si te preguntas cómo cocinar los espárragos debes saber que hay muchas opciones para prepararlos. Podemos servirlos solos, por ejemplo a la vinagreta, o incluirlos como un ingrediente más en una refrescante ensalada. Pero también están deliciosos cocinados: a la plancha, al papillote, como guarnición de carnes o pescados, en una menestra de verduras…. Muchas son las recetas que puedes preparar con espárragos.
No importa cómo los sirvas, porque de cualquier manera seguirán siendo igual de beneficiosos.
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Diurético natural:
Como decíamos su acción diurética es la propiedad por la que más se conocen los espárragos, por eso es beneficioso para el riñón ya que nos ayuda a eliminar el exceso de líquidos del organismo.
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Ácido fólico:
Su alto contenido en ácido fólico hace que el espárrago sea uno de los alimentos que se aconseja a las mujeres embarazadas, puesto que este es uno de los componentes que más necesitan para evitar defectos en el nacimiento.
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Antioxidante:
Estamos ante otro potente antioxidante natural, necesario para neutralizar los radicales libres, causantes del envejecimiento.
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Vitamina B:
Son ricos sobre todo en vitamina B12, un compuesto que ayuda a fortalecer el cerebro reduciendo el deterioro cognitivo del mismo.
¿Por qué unos son verdes y otros blancos?
Una pregunta muy habitual es por qué unos espárragos son blancos y otros verdes y cuál es la diferencia entre ambos. La explicación es muy sencilla. El espárrago blanco crece bajo tierra y al no recibir la luz del sol no desarrolla la clorofila. Por el contrario, el espárrago verde sí está expuesto a la luz del sol y, por eso, tiene ese color verde. Eso sí, verdes o blancos son igual de sabrosos y con las mismas propiedades.